La merienda es una pausa deliciosa y reconfortante en nuestra rutina diaria. Los argentinos amamos merendar. Es parte de nuestra cultura.
En el sur, las meriendas son la excusa perfecta para acompañar una infusión calentita con algo dulce o salado, para así recargar energías y compartir un momento especial junto a nuestros seres queridos.
En este artículo, exploramos la magia de las meriendas con sabores auténticos, desde los famosos alfajores patagónicos hasta la enigmática torta negra galesa, sin olvidar los exquisitos chocolates y mermeladas orgánicas. Te invitamos a un viaje culinario por la Patagonia argentina llena de riqueza y sabores fascinantes.
¿Por qué nos gusta tanto merendar?
La merienda es una tradición que va más allá de simplemente alimentarnos. Es un momento para disfrutar de una pausa, conectarnos con nosotros mismos, compartir con los nuestros.
Una merienda rica puede ser la bienvenida ideal para los chicos que vuelven del colegio o el plan perfecto para jugar con la creatividad en un día lluvioso.
Hay muchas razones por las cuales nos encanta el ritual de merendar.
✓ Nos recarga energías. Nos brinda un impulso necesario para seguir con nuestras actividades diarias. En ese punto del día en el que las energías pueden decaer, una merienda rica nos revitaliza.
✓ Puro placer. Solemos consentirnos con alimentos deliciosos y tentadores, donde cada bocado nos regala un momento de verdadero disfrute.
✓ Momento para conectar. Es una oportunidad para compartir con nuestros seres queridos. Ya sea en casa, en el trabajo o en una reunión con amigos, disfrutar de una merienda rica juntos nos permite crear lazos y compartir momentos especiales.
✓ Creatividad en la cocina. Es la más versátil de las comidas, nos permite explorar y crear combinaciones nuevas, hacer participar a toda la familia, jugar con los sabores, innovar en preparaciones con sello propio.
✓ Oportunidad de relax. La merienda nos invita a desconectar por un momento de las preocupaciones diarias y disfrutar del presente. Es un instante para saborear la vida con calma y atención plena, dejando de lado las prisas.
Ideas para meriendas ricas con toques patagónicos
Una merienda rica empieza eligiendo qué se va a tomar.
Puede ser una infusión calentita para reconfortar el alma. Podés optar por café aromático, té, mate cocido, infusión de hierbas o de frutas, o una chocolatada. Para los días más cálidos elegimos opciones más refrescantes como jugos naturales, batidos o licuados de fruta.
Estas infusiones serán el acompañamiento perfecto para tus siguientes bocados.
Tostadas con mermelada orgánica
Uno de los clásicos es preparar tostadas crujientes y comerlas cuando aún están calentitas. Se pueden untar con manteca, miel, queso blanco, dulces o mermeladas frutales.
Sin duda, nuestras preferidas son las mermeladas orgánicas de Memorable. Están hechas con frutos patagónicos y vienen en distintos sabores: cassis, frutos del bosque, rosa mosqueta y sauco.
Estas mermeladas están elaboradas artesanalmente y nos regalan el sabor silvestre de los frutos autóctonos de la cordillera.
Alfajores Patagónicos, suculentos y sabrosos
Los alfajores son los protagonistas indiscutibles de meriendas ricas y energizantes. Muchos los eligen por poder consumirlos “al paso”, pero hoy te invitamos a que frenes y los disfrutes realmente.
Los hay en muchas versiones. Los tradicionales vienen rellenos de dulce de leche. Nosotros le sumamos la interpretación más fresca: rellenos de dulces patagónicos.
El alfajor patagónico Memorable genera contrastes únicos, al fundirse en un mismo bocado: galleta especiada, chocolate semiamargo y dulce de fruta silvestre.
– Sauco, de sabor dulce y ligeramente ácido. Agrega una nota refrescante y original a los alfajores.
– Rosa mosqueta, de sabor agridulce y textura sedosa.
– Frutos del bosque, combina sabores ácidos y dulces.
– Calafate, de sabor intenso y distintivo. Fruta icónica de la Patagonia.
– Frambuesa, de sabor dulce y ligeramente ácido.
– Frutilla, dulzura y acidez finamente equilibradas.
– Boysenberry, de sabor agridulce a la vez fresco y cautivador.
Si bien los alfajores son un clásico de las meriendas argentinas, los alfajores patagónicos se distinguen por su interpretación única de los frutos y sabores autóctonos de la región.
Torta negra galesa, la seducción del equilibrio
La torta negra galesa es originaria de la Patagonia y es diferente a cualquier budín frutado que hayas probado.
Su elaboración minuciosa dura más de una semana y el resultado es el equilibrio perfecto entre sabor y textura.
El proceso de macerado de los ingredientes se realiza en una cuba de roble, donde pasas de uva, nueces y fruta se funden con licores y especias. Esto le otorga un aroma delicado y exquisito a la preparación final.
La torta tiene una consistencia perfecta y al cortarla los trozos de fruta se mantienen en su lugar. Es ideal para porcionarla en cuadraditos pequeños que sean mini bocaditos.
Su sabor es exquisito. Se puede comer sola o acompañada de fruta fresca o en almíbar.
Bocadito Memorable, la experiencia de la torta galesa llevada al cielo. Dejá que tu paladar sea sorprendido por un “Bocadito Memorable” una creación única que fusiona sabores y texturas en una experiencia inolvidable.
El bocadito consiste en una rebanada de torta negra galesa recubierta de chocolate semiamargo. Es la combinación perfecta para una merienda rica y sofisticada. Ideal para cuando recibimos visitas y queremos deleitarlos con algo diferente que quede grabado en sus paladares.
Chocolate en todas sus versiones
Siempre hay lugar para el chocolate en la merienda.
Los chocolates combinados, ya sea con frutos secos, deshidratados cereales o dulce de leche nos ofrecen un interesante contraste de texturas, haciendo que queramos probar todas las alternativas.
La presentación también influye en la aventura, los chocolates pueden ser bombones, barritas o en rama, y cada uno tiene su propia impronta.
Son ideales para acompañar con infusiones calientes.
Recomendamos, además, tener varios tipos de chocolates para ofrecer.
El sabor cremoso y suave del chocolate con leche nos envuelve en una sensación reconfortante, mientras que el chocolate semiamargo nos sorprende con su intensidad y carácter distintivo. El chocolate blanco, por su parte, se caracteriza por su textura sedosa y dulzura delicada.
Además de su delicioso sabor, el chocolate ofrece beneficios en nuestro estado de ánimo. Está comprobado que el cacao estimula la liberación de endorfinas, lo que nos hace sentir más felices durante nuestra merienda.
Nuestra Patagonia nos invita a sumergirnos en un mundo de sabores auténticos. Las tortas negras, los alfajores patagónicos, los chocolates y las mermeladas orgánicas de frutos silvestres son solo algunos de los tesoros culinarios que podemos disfrutar en nuestras meriendas.
Ya sea en la intimidad de nuestro hogar o compartiéndolas con nuestros seres queridos, estas delicias artesanales nos invitan a saborear la autenticidad de la Patagonia en cada bocado.
¿Te gusta merendar? Dejanos tus ideas en los comentarios.
